Tuesday, February 10, 2009

Poema 35. (del poemario, "Lejanía")

Poema 35


Si no durmieras con mis ojos, ¿qué yo haría,
Amor, qué yo haría?
Si no me cubriese en las noches con tu piel
Y no me sirvieran tus ojos de luciérnagas,
¿Qué yo haría,
Amor, qué yo haría?
Si tus manos no fuesen mías
Y tu voz mi melodía, entonces, ¿qué vendría
A los sentidos de este hombre?
Quizás un huracán o una borrasca,
Tal vez un velero hundido en un mar
Sin rocas ni salitre.
Si no me atara tu figura de mujer,
¡Qué mal pagado yo estaría por la vida,
Por mi padres y mis hermanos!
Si no tuviese tu aliento como panacea
De mi carne,
¿Qué haría de mi carne sola,
Amor, que haría?
Arrojar mi hombría por las calles,
Reírme sin sentido y esconderme
De mi Dios, como Adán y Eva
Después de haber pecado...

luanvidad

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Poema 7. (del poemario, "Lejanía")

Poema 7


El viejo gringo puede convencer al buitre,
Pero no a la carroña.
Yo paso derrochando millas,
Empeñado de exilio en cada dólar que gasto
Por un trago de gasolina para los inyectores
Que me llevan a pueblos sin historia.
¿Y dónde está la historia?
¿Me concierne?
Descubro un comercial y otro,
Multiplicándose atiborrados de certidumbre,
Prometiendo fantasías coloridas
Para pagar más de cien mil dólares
Por el sueño americano,
Y endeudar el sudor con los acreedores.
Si alguna vez me hablaran los ángeles
No sabría cortarme la lengua antes de pronunciar
Una vocal altisonante
Después de ver tantas cosas
En esta tierra de nadie, de pocos,
Lo único que no han podido manipular
Los capitalistas, es la lejanía,
Porque la libertad es solo eso,
Aunque difícil lo entiendan,
En un cuento sin final,
Lejanía, lejanía…

luanvidad

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Canción para el niño pobre.

Canción para el niño pobre.


Llora el niño.
La madre no tiene ni leche, ni pan, ni cebolla.
¿Dónde está Dios?
A su padre no le importa
Ni la tierra ni el arado,
Sólo el alcohol sin la sangre de Jesús
Fuera de una botella de licor.
¡Ven mi niño hermoso, tu llanto de hambre es mi cena
Y tus lágrimas el agua que bebo cada día!
Si pudiera hacer miel con mis versos
A ti yo te daría lo dulce y no lo amargo de la vida;
Si pudiera yo convertir la poesía en leche
Cuanta tristeza dejaría de ser eco en mis sentidos
Para que todos los niños del mundo tuvieran la inocencia clara
Y sus madres el corazón de la esperanza.
Pero no puedo inventar algo tan enorme ni pequeño
Que sea como el viento y la arena
Para acabar con la pobreza.
Hoy y mañana será mi canto el beso en tu mejilla,
Oración de amor y de fe por ti
Y aunque llores sin saber el por qué del hambre
Hay quien te cuida sin que lo sepa nadie,
Hay quien batalla en contra de las injusticias
Y cuando crezcas, tú que una vez fuiste niño,
Olvida y perdona.

luanvidad

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Sin que nadie lo sepa...

Sin que nadie lo sepa.


No leyó mis cartas
Y yo de duende caminando descalzo
Entre alfileres estoy herido. ¿Quién sanará mi amor?
¿Quien lo salvará de la locura,
Del beso más desesperado sin sus labios?
¿Quién…? Parece tonto y suena a eco
En la amplitud del sentimiento que se fuga
En busca del ala rota sin esperanza.
Así estoy después que ayer
Se fue debajo del torrente que desatan las pasiones.
Me dejó totalmente desnudo, sobre la gota fría
De este verano ardiente.
Hoy inconcluso pienso en ella, de hormigón a roca,
Ablandando la pena que corroe al corazón más incierto.
Pero es que pudieron sus besos,
El joven aroma de su piel firme y su rostro único y bello.
Con la forma que miran sus ojos
Entro despacio y en silencio dentro de mis huesos
Donde no vacila la carne en abrir sus venas al verdadero amor. No leyó mis cartas,
No sé porque y a pesar de todo tuve la culpa
Por ser hombre. ¿Qué haré?
Temo llorar aunque ya lloré sin secar mis lágrimas
Convertido en niño por ella
En este carrusel del olvido, que da vueltas y vueltas
Sin llegar al final, pero si al principio donde la había conocido.
Perdonen, pero duele la ausencia con filos de piedras,
Con yermo de penumbras y sol
Y mucho más duele el amor cuando se ama,
Sin sangrar a borbotones, sin morir de súbito,
Solo por dentro, solo por dentro, sin que nadie lo sepa…

luanvidad

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Sin sentido...

Sin sentido...

¿Quién cargará mi lápiz
Si mi pluma está vacía?
Puedo decir que mi sangre es la tinta
Y mi cuerpo una hoja en blanco…
¡Para qué hablar de cosas
Que no llegan, que no caen
Y que ascienden prematuras rompiendo
El lodo que hay entre las nubes!
Algunos me preguntan,
Otros me retan en silencio.
Y yo prefiero estar en War of Warcraft
Evitando esas cosas jupiterinas que llaman
Amor eterno.
Si toda la soledad cupiese en una botella,
La tiraría al espacio y no al mar,
Para ser náufrago de m tiempo.
Pero es tan difícil dar lo que siento:
Acumular rotaciones que se quedan estáticas,
Allí, donde las vírgenes que soñé
Me esperan perfumadas para celebrar esas odas
Que ni el mejor de los bardos
Se atrevió a cantarAcompañado con las cuerdas de su arpa.
Inútil derrumba el alma
El deseo trasnochado
Mientras que yo,
Pasó a paso, lentamente,
De insecto a bestia,
Compongo esos veinte mil versos inéditos
Para mi obra funesta sin un Dante artístico.
Y por favor,Déjame a un lado,
Como lluvia, rocío,
Que soy eso,
Y bébete, sorbito a sorbo, ese cuento
Para un poemaTitulado: “Amor Eterno.”

luanvidad

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Democracia...

Democracia.


Pensé que era libre.
Llegar,
Marchar,
Tirarme,
Caer en lo profundo
Y la ligereza de las aguas
Desafiantes.
Pensé que era libre,
Pero los caminos terminaron
En un librito estampado
Con mi nombre,
Con mi edad.
Vivir,
El tercer mundo mostrará
El fruto recogido
Y no el sudor del obrero
Cansado del metal en la fragua
Y de la canción de un paraíso no prometido.
Pensé que era libre
Y descubrí que soñar
Sin estar despierto donde nadie ocupe tú silencio,
Era realmente ser libre.

luanvidad

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Te hablé de mis memorias de sapo...

Te hablé de mis memorias de sapo
Bajo la piedra,
Del sentir fantasmagórico
De los enamorados
Estrujando labios en metáforas trilladas.
Te hablé de la canción que nos prohibieron
Una tarde en la historia,
Después que los héroes fueron traicionados
Cuando la nostalgia de unos versos
Rasgaron las alas de una gaviota
Hiriendo de muerte al poeta.
Te hablé del saco de mi patria
A la deriva entre dos aguas
Y de los labios de un tirano,
Que si algún día amaron,
Resucitaron el mal en la carne
Que gime por el beso de aquel judas.
Te hablé también de los extraños,
Entre los que más extraños son,
De mi oficio de exiliado
Buscando entre nuevas calles
La epopeya de un heroísmo sin sangre.
Y quisiera decir que soy mercenario,
Inventándome fusiles de papel
Y granadas de cartón
Para aniquilar en nombre de los niños
A la gloria enajenada con disfraces
Y aunque te hablé de mis memorias,
Aquel elefante sin trompa
De colmillos tristes
Continuará existiendo para pasearse
Por las plazas de los mártires anónimos.

LUAN VIDAD


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